Ideario del Colegio

El Colegio Ramiro de Maeztu tiene como ideal una enseñanza moderna, activa, creativa, globalizadora y multicultural.

Es ideal de nuestro Colegio la estabilidad del profesorado, la colaboración de las familias con la Dirección y el profesorado y viceversa, antes que nada por el bienestar de los/as alumnos/as.

Nuestro ideal es ayudar a nuestros/as alumnos/as a adquirir un mayor conocimiento de sí mismos para así apreciar su propia valía como persona y miembro de la sociedad. Para ello trabajamos en crear hábitos y actitudes en  nuestros/as alumnos/as que les permitan ser ciudadanos responsables.

Queremos dar a todos/as los/as alumnos/as toda clase de oportunidades y la motivación necesaria para que desarrollen toda su creatividad.

Nuestro ideal aspira a una enseñanza de calidad, individualizada, activa, globalizadora, multicultural y de equipo que permita a nuestros/as alumnos/as adquirir las competencias básicas para manejarse en la sociedad actual; aspiramos a una pedagogía progresiva y concertada mediante frecuentes encuentros de revisión de métodos, actitudes y exposición de experiencias.

Nuestro Colegio aspira a una participación de los/as educandos/as en su propia educación, acorde a su edad y responsabilidad, y a tomar conciencia de que su trabajo y esfuerzo construyen su propio futuro personal y social. El diálogo profesor/a – alumno/a creará unas estructuras colegialas diáfanas, transparentes y flexibles, facilitará el clima de familia y evitará las situaciones dogmáticas y conflictivas.

Creemos que el ser humano es un ser singular, racional y libre, llamado a perfeccionarse en la sociedad. Cada persona debe realizar su propio proyecto que la comunidad educativa potenciará al máximo.

Creemos en la educación integral y potenciamos su crecimiento en relación estrecha con todos los que intervienen en el proceso educativo: profesorado, alumnado y familias. Es decir, la elaboración de criterios sólidos y propios, no por coacción exterior, sino a través de una responsable orientación del educando. El desarrollo de todo lo positivo que tenga el/la alumno/a y la propia libertad progresiva son funciones básicas que el Centro estimulará y fomentará.

El Colegio Ramiro de Maeztu pretende educar al alumno/a como elemento activo de la sociedad abierto a la intercomunicación, a la interculturalidad, al pluralismo y cerrado a la intransigencia, con visión de futuro y sentido crítico al fomentar en él/ella la actitud consciente solidaridad que le estimule para el compromiso libremente aceptado, personal o colectivo, en la edificación de un mundo más humano y más justo.

Aceptamos una educación crítica que fomente la interpretación de la realidad y no el mero alistamiento en una determinada ideología.

Entendemos el Colegio Ramiro de Maeztu como una comunidad viva de educadores y educandos en la que predomina el aspecto formativo sobre el informativo, que favorece el diálogo y la convivencia, constituyendo un equipo de formación permanente e integral.

Creemos en la tarea común de formación del/a alumno/a como labor de profesores/as y familia. La familia no debe limitarse a elegir el Centro con libertad, debe participar en las decisiones del Colegio, y su participación en actividades educativas escolares, y especialmente, para escolares, es positiva, conveniente y necesaria.

Creemos que las preocupaciones sociales han de transformarse en preocupaciones escolares. La pedagogía tratará de insertarse en la vida para intentar llevar la vida social a las alulas. La información y la interpretación social no suponen un aislamiento ideológico.

Nuestro Colegio es sensible a los problemas de la ciudad, provincia, autonomía y país; respetará todas las religiones y creencias individuales y sociales y nadie será desplazado por motivos religiosos o ideológicos. Respetamos la libertad de conciencia con tal de que no atente contra la dignidad o el respeto a la persona.

Para poder desarrollar este ideario, necesitamos un orden derivado de la justicia. Este orden debe posibilitar la impartición y la recepción de la enseñanza, así como el mantenimiento de la convivencia pacífica de profesores/as y alumnos/as.

Una disciplina efectiva precisa de la existencia, asimilación y aplicación de unas normas de convivencia, orden y funcionamiento óptimas, que emanen del interior del mismo; preferimos la disciplina preventiva a la correctiva sin que vaya en detrimento de la aplcación de normas que condicionen al alumnado, a fin de evitar los actos negativos e inhibir la conducta no deseada. Por tanto una disciplina efectiva que no pretenderá castigar sino corregir y reparar el daño social. Tanto en la formulación como en la aplicación de normas disciplinarias, es conveniente la participación de profesores/as, familia y alumnos/as.

Deseamos educar íntegramente a los/as alumnos/as para que adquieran y perfeccionen hábitos de estudio, reflexión, orden y limpieza. También para que adquieran y practiquen las virtudes humanas y puedan realizar en sí mismos los valores derivados de ello.